El consumo colaborativo
A partir de la aparición de los nuevos consumidores, asoma el concepto de consumo colaborativo o economía de la colaboración, que apunta a la optimización de los recursos mediante la generación de contenido e interacción entre los ciudadanos. Es un movimiento donde el acceso prima frente a la propiedad.
Los expertos señalan que el Consumo Colaborativo puede definirse como la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar redefinida a través de la tecnología moderna y las comunidades. No es que esta forma de llegar al producto o servicio que el consumidor desea sea verdaderamente nueva, sino que las tecnologías existentes hacen que este concepto pueda desarrollarse y ampliarse. Esta forma de consumir es un modo distinto de llegar a los bienes que el consumidor quiere y que le permite ahorrar dinero y ser más sostenibles.
Con la movilidad e interactividad de la, actualidad un creciente número de aplicaciones de consumo colaborativo están permitiendo que las personas alquilen productos o servicios entre sí de diversas maneras. Gracias a estas aplicaciones, los usuarios tienen acceso a una amplia gama de funcionalidades a través de su dispositivo móvil: chat instantáneo, geolocalización, cámara de fotos, consulta de perfiles sociales, entre otras alternativas.
La colaboración es un concepto que la publicidad del futuro y las marcas anunciantes no deberían dejar de lado. Las smart cities se abastecen de estos entornos colaborativos que los propios ciudadanos generan. Las compañías deberían intervenir en el fomento y creación de aplicaciones que permitan aumentar la colaboración. Generar experiencias que aumenten comunidades y compartir información que solucione, información útil para el ciudadano parecería ser el futuro al que deben apuntar los desarrollos de aplicaciones por parte de las empresas.
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