De marcas solitarias a entornos colaborativos
Las marcas que hasta el siglo pasado se presentaban como únicas a sus clientes ahora tienen frente a ellas personas que reclaman que se atiendan sus necesidades más allá de lo que un solo producto o servicio pueda ofrecerles. Reclaman por el valor agregado que van a recibir a cambio de adquirir su producto. Y aquellas compañías que oyen las voces de sus clientes, toman como una solución válida para satisfacer a sus prospectos las alianzas estratégicas que añadan valor a aquellos productos o servicios que comercializan.
Se han popularizado, por ejemplo, las conferencias patrocinadas por empresas que pretenden llegar a un determinado público: el que asiste interesado en el contenido de los coloquios. Se han fusionado empresas completas o productos determinados, siempre en pos de poder cumplir con las exigencias cada vez mayores de los públicos o personas a las que pretenden llegar. Y, por sobre todas las cosas, esta ruptura en el paradigma se da cuando las marcas comenzaron a escuchar y a dialogar con sus públicos.
En este nuevo entorno los consumidores son consultados, escuchados y los productos se adaptan a sus necesidades. De espectadores pasivos de una sobreexposición publicitaria pasan a un papel activo y se les considera socios de la marca. Son muchos más los paradigmas que están siendo modificados en el mundo publicitario como consecuencia de la interrupción de las nuevas tecnologías. De hecho, el paradigma que se inserta es la rapidez en los cambios. Antes, la ruptura de un modelo establecido podía llevar décadas hasta lograr instalarse, esto se modificó dando lugar a la inmediatez como paradigma reinante, siendo una de las características más fuertes de la comunicación de hoy.
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